¿Por qué los músicos independientes necesitan un (a) productor (a)?

Consejos del productor Felipe Suil

La palabra productor puede hacer alusión a muchas cosas. Pero para entenderlo de una manera muy sencilla: el productor es aquel encargado de guiar un proyecto musical en todas sus etapas, ya sea para la creación de un sencillo, EP o Álbum. También, el productor se puede entender como el director creativo capaz de transformar tu arte en un producto listo para el consumo. Dicho esto, generalmente el productor suele ser una persona con cierto grado de experiencia, sobre todo al momento de tomar decisiones, no solo eso, también es quien dirige a todo el equipo (ingenieros, músicos, arreglistas, etc).

A pesar de vivir actualmente en la era del DIY (hazlo tú mismo), llega el momento en el que como artistas necesitamos crear alianzas para cubrir las etapas más elaboradas en un proyecto. Es ahí donde entra en juego la “autocrítica” y el “autoanálisis” en tu producto musical. Para lo cual te aconsejo que te tomes tu tiempo en pensar cuales son los objetivos de tu propuesta.

Antes de continuar, quiero hacer una distinción entre los tipos de productores que existen hoy en día para que así puedas decidir con determinación al productor por el cual apostar.

El productor músico:

Este productor es aquel capaz de dirigirte en toda la parte musical de tu proyecto. Éste podría escribir arreglos orquestales, secuencias, arreglos, etc. Él puede trabajar en conjunto con algún ingeniero en audio.

El productor ingeniero:

Este productor conoce todos los dispositivos de audio y está al tanto de toda la tecnología actual para cubrir cada aspecto de grabación, edición, mezcla y mastering de tu proyecto. Generalmente se apoya de algún arreglista o músico para cubrir otras necesidades de tu proyecto.

El productor DJ:

Este productor es aquel que puede ser artista a la vez. Es ese DJ capaz de componer y crear arreglos electrónicos completos, para si mismo o para algún artista sin la necesidad de trabajar con algún mixer o productor aparte.

Por último, puede haber un productor que domine un poco de todo. Pero incluso así, te recomiendo que escuches y prestes atención al trabajo o portafolio realizado por cada uno.

A continuación, te daré 5 puntos por los cuales debes considerar trabajar con alguno de estos productores:

1.     Tu guía espiritual:

Si bien, la idea y concepto musical pueden ser tuyos nada más, llegan momentos en los cuales muy fácilmente puedes perder cierto grado de objetividad (no es malo, no me mal entiendas, pero es un punto a considerar). Aunque pienses que tus creaciones son las mejores para tu gusto, hay momentos en los que necesitas una segunda o hasta tercera opinión que venga de alguien externo a tu mundo interior. Esto es para elegir las canciones más importantes para luego darles ese toque final y si es necesario dejar algunas canciones para después.

2.     Dr. Audio:

Anteriormente comenté que pueden existir distintos tipos de productores, cada uno de ellos debe tener consciencia de todos los aspectos a cubrir en un proyecto. Este es el caso de la parte tecnológica. Hay que considerar que hoy cualquiera tiene acceso a herramientas profesionales, pero no todos pueden sacar lo mejor de esta tecnología. El productor sabrá guiarte en este punto o podrá recomendar a un ingeniero que conozca de micrófonos, procedimientos adecuados, uso avanzado de softwares o aplicaciones, etc.

3.     El director de orquesta:

Habrá ocasiones en las cuales quisieras experimentar con instrumentos nuevos, aparatos electrónicos, diseño sonoro o cualquier método experimental musical. Es aquí donde el productor podrá complementar tus canciones con base en sus conocimientos de como pudieras vestir tus composiciones de una manera adecuada a tu concepto.

4.     La visión:

En este punto me refiero al criterio basado en la experiencia del productor, quien puede decirte que suena mal, bien o como mejorar algún procedimiento. Siempre con una percepción global de una interpretación musical y como el público espera recibir este mensaje musical. Por ejemplo, como será el procedimiento para grabar el proyecto o cosas como: Si la canción es buena, pero tiene exceso o carencia de elementos en el arreglo puede perder su objetivo. Si la canción es buena, pero está mal grabada, el productor podrá decidir si regrabar, cambiar micrófonos, usar samples, usar loops, o rescatar detalles.

5.     Mixer y masterizador à la carte:

Aquí, el productor puede ser quien decida quien mezclará y dará ciertos toques a la sesión multipista (instrumento por instrumento). Habrá momentos en los cuales el mismo productor mezcle o momentos donde entrará en juego un mixer bajo la dirección del productor.

La última etapa en la realización de una producción, pero no menos importante, es el “Mastering”. Aquí también es el productor quien decide quien va a masterizar las canciones, para darles el último toque antes de iniciar su proceso comercial.

Muchas veces el artista no se involucra en los aspectos técnicos y siendo honestos, no es que el artista deba interesarse, para eso está el productor. Si eres de esos artistas que si se involucran, aún así no dejes de considerar en tu equipo de trabajo a ese productor que aclarará tus dudas.

Para finalizar, la decisión sobre tu arte debiera ser tuya, pero nunca está demás crear alianzas con profesionales que cumplan con alguno de estos puntos. Así, tu proyecto podría tener un impacto comercial más universal, podrías llegar a más gente y sobre todo, tendrías ese sonido competitivo que al final hace la diferencia.

Instagram: @felipemaxsuil

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