¿QUÉ PASÓ CON LOS ARTISTAS QUE IBAN A CAMBIAR EL MUNDO?

AUTOR: GERÓNIMO PAVANI 

Cuenta la historia que un día a miles de artistas que iban a cambiar la historia, se les escapo de las manos su «Opera Prima» por estar distraídos. ¿Haciendo qué? Buscando subscriptores. Y cómo no encontraban la cantidad deseada de subscriptores, empezaron a subscribirse las unas a las otros, los otros a las otras, las otras a los unos, los unos a las unas… y así continuaba la subscripción sobre subscripción, mientras las musas miraban desde todos los rincones inimaginables, riendo de tristeza y haciéndose la paja del aburrimiento que tenían.

En un principio solo se seguían, si dicha “seguición” era mutua. Es decir que una Una no iba a seguir a un Otro, si este Otro a su vez no seguía a esa Una. No sé bien porqué. Tal vez no era considerado algo…artístico, por así decirlo.

Y como en el arte todo es posible, el oportunismo se maquillo de solidaridad, la ingratitud se disfrazó de esfuerzo y la codicia se puso la máscara del emprendimiento. Mientras tanto los escenarios seguían vacíos porque la mayoría de los subscriptos estaban ocupados contando la cantidad de sus propias subscripciones diarias. Esto lo hacían en secreto, porque era sabido que las musas se deprimían enormemente cuando los veían así… tan dóciles y quietecitos frente a una pantalla. No se veía muy artístico.

Después, llego un momento donde se decretó subscripción obligatoria, y cuando todo mundo estuvo a punto de subscribirse a todo mundo…. ya nadie quizo subscribirse a nadie más. Porque todo el mundo hablaba a sus subscriptos, pero ya nadie tenia tiempo de escuchar. En ese momento empezaron a hacerse públicos los primeros casos de Vacío Artístico Existencial (VAE-19). El Vacío Artístico Existencial empezó a ser tan grande y viral, que todos los camerinos colapsaron, y al tiempo se descubrió que la vacuna de la monetización te arreglaba la sonrisa, pero no podía para nada con el alma de la persona que contraía este misterioso VAE-19.

Muchos murieron. Otros se olvidaron de sus sueños y de lo que habían querido hacer en un principio, y se pusieron a trabajar para TUYUB, el laboratorio que vendía la vacuna de la monetización.
Por suerte algunos se salvaron…porque pudieron recordar.

Recordar la lágrima en la mejilla, el aplauso del silencio, la caricia de las musas, la meditación del estudio y el corazón que vibra con solo respirar del pan de la creación. Y así nomás, sin tanta levadura, se izó la bandera de #tumesientesyotesiento junto con la de #tumeescuchasyoteescucho.

Hasta que final y felizmente un día, se creó la bandera de #tutecallasyomecallo y todo mundo dedicó la mayor cantidad de su tiempo a escuchar el silencio, para solo crear y hablar lo justo y necesario.

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